Una antigua forma de arte que conquistó el mundo. ¡Olé!

De todas las formas culturales sinónimas de España, el flamenco es probablemente la más conocida. Pocas personas pueden desconocer el baile y el canto apasionado y la guitarra percusiva frenética, las posturas impactantes, las auras contradictorias de arrogancia y orgullo, dolor y arrepentimiento. Una forma cultural que tiene muchos siglos de antigüedad, ha experimentado una larga evolución, y continúa evolucionando en múltiples direcciones, pero solo en los últimos años se ha vuelto ubicua. En realidad, hay más academias de flamenco en Japón que en España, y pocas ciudades importantes del mundo carecen de una escuela. Y sin embargo, a pesar de esta extraordinaria penetración en la conciencia pública y su poder icónico, es una forma de arte que ha mantenido ocultos los secretos de sus orígenes y significado exactos.

Afortunadamente, el flamenco es una forma de arte visible y accesible en la España moderna y Málaga ofrece una buena selección de lugares donde puedes experimentarlo en vivo. Tradicionalmente, el flamenco no era un arte de escenario, y hasta el día de hoy es probable que lo veas en un entorno que es parte teatro de cabaret y parte taberna. Típicamente pagas una entrada para un espectáculo que incluirá bebidas de algún tipo, y es probable que puedas cenar y beber antes y después del espectáculo. Estos lugares se conocen como 'tablaos', nombre derivado de la palabra para los tablones desnudos en los que los bailarines realizan sus zapateados percusivos. Los bailarines de flamenco clásico más técnicamente entrenados pueden actuar en un contexto teatral más convencional, pero como el flamenco es una forma de arte básicamente improvisada, los tablaos te acercan más al verdadero espíritu de ello, si no a la más alta calidad de baile.

Aquí tienes nuestra guía rápida de los principales lugares y sus ofertas:

Tablao Los Amayas - Málaga tiene la suerte de dar la bienvenida a esta familia conocida del Sacromonte, el corazón gitano de la antigua Granada, que han establecido un nuevo tablao en el centro de la ciudad y aportan años de experiencia auténtica a sus espectáculos dirigidos profesionalmente.

Kelipé Centro de Arte Flamenco - Esta academia de flamenco improvisado de la vieja escuela tiene un espectáculo de jueves a sábado que se basa en maestros, estudiantes y sus músicos para presentar un espectáculo de flamenco puro improvisado con profundas raíces gitanas.

Museo Flamenco Juan Breva - Si quieres más que solo el espectáculo, este pequeño y característico establecimiento te ofrece un bar flamenco tradicional, un tablao en el piso de abajo y un santuario / museo en el piso de arriba de la gran arte y sus famosos practicantes. Los espectáculos son dos veces por semana, consulta al lugar para más detalles.

Bodega El Pimpi - Este famoso bar de bodega tiene una actuación de flamenco muy informal los miércoles, jueves y viernes por la noche. El bailarín interactúa con la audiencia con entretenidas interpretaciones de canciones clásicas de flamenco. Menos teatral y más improvisado e íntimo.

El Gallo Ronco - esta taberna de flamenco tradicional es principalmente un restaurante con estándares gastronómicos de Málaga con un pequeño espectáculo en vivo de flamenco. Los espectáculos más grandes no suelen ser lugares agradables para cenar, así que si tu capricho es cenar con un espectáculo, este lugar es más de tu estilo.

Puedes encontrar varios restaurantes y 'tavernas flamencas' que ofrecen cena y espectáculo y que inevitablemente tendrán un grupo de artistas más pequeño que los tablaos, tal vez menos experimentados y menos puros en flamenco, pero tendrán la decoración y el estilo y el servicio completo de restaurante que la mayoría de los tablaos no ofrecerán. En un tablao pagas por el espectáculo, en un restaurante, pagas por la comida y el espectáculo generalmente viene gratis o como parte de un paquete.


Las raíces del flamenco

Si bien la imagen del flamenco para la mayoría de la gente es principalmente de un bailarín, con un guitarrista, es la voz y las palabras del lamento las que impulsan y dan forma a la guitarra, que dictan el aplauso percusivo, e inspiran la expresión dinámica del bailarín. Las canciones están casi siempre llenas de tristeza, tragedia, pasión no correspondida, anhelo, éxtasis religioso y sufrimiento. Una verdadera actuación de flamenco tiene todos estos cuatro elementos que giran alrededor uno del otro en una simbiosis de letras apasionadas, movimiento dinámico, música y percusión. Entonces, ¿cómo, dónde y cuándo se formó este gran pozo de inspiración dramática?

Algunos dirán que el único verdadero flamenco se baila entre los gitanos en sus propios tablaos en sus barrios, en sus bodas y bautizos. No hay duda de que de no ser por el aislamiento y la continuidad, y la marginación y persecución, de la cultura gitana andaluza a lo largo de los siglos, entonces el flamenco quizás nunca hubiera llegado hasta nosotros como lo conocemos ahora. Mientras que el Morris Dance inglés es en gran medida un renacimiento histórico de una forma folclórica perdida y las comunidades y culturas que formaron esos bailes han sido homogeneizadas y borradas por la revolución industrial y la urbanización de los siglos XIX y XX, el flamenco tiene sus raíces en la comunidad gitana de España, que sigue siendo un grupo cultural y étnico distinto dentro de la población más grande.

Esto no quiere decir que las raíces del flamenco sean exclusivamente gitanas. Debido a la turbulenta reconquista de España de la Califa morisca y principados que tomó siglos, las raíces de la música y el baile son oscuras, pero las pistas apuntan claramente hacia el este al Levante, Persia e incluso Pakistán pero también a las tribus beduinas del norte de África, y posiblemente incluso al África subsahariana. Existen similitudes llamativas entre la forma de baile Kathak de Pakistán y el flamenco contemporáneo. Ciertamente, la llegada de los gitanos roma vía Oriente Medio y el norte de África en el siglo XV creó otra subclase étnica que fue perseguida y marginada por los cristianos castellanos dominantes. Mientras que la diáspora judía fue activamente perseguida y ya sea exterminada o subsumida bajo la hegemonía católica, y los conversos moriscos emigraron o perdieron su identidad, los gitanos roma en cierta medida se mezclaron y asumieron elementos de la cultura morisca de España. Lo fusionaron con lo que trajeron al oeste, pero no estuvieron sujetos a los mismos pogromos y persecuciones religiosas, por lo que llevaron los elementos más puros de la cultura folclórica morisca del siglo XV hasta el siglo XIX. Para entonces, la cultura del flamenco ciertamente era un fenómeno gitano, una cultura que articulaba su marginación y segregación en los sonidos y movimientos de una fuente mucho más antigua. Luego, el flamenco se volvió mainstream, se abrió paso en la cultura más amplia a medida que los artistas podían ganarse la vida interpretando la música y el baile en cafeterías a mediados y finales del siglo XIX. Se volvió tan popular que se convirtió en una forma teatral seria, con la ópera flamenca dominando a principios del siglo XX. Obviamente, esto representó una comercialización de un arte folclórico hasta entonces nicho, pero también elevó significativamente el listón. Impulsó la técnica del baile a nuevos niveles, estableció una técnica y un cuerpo de trabajo que iba más allá de lo improvisado, permitiendo que se convirtiera en una disciplina teatral que se podía entrenar y estudiar. Vio a la guitarra española de seis cuerdas convertirse en el instrumento dominante, mientras que las raíces de la música se encontraban en los laúdes de doble cuerda típicos del Magreb y Persia.

El flamenco ha sido, y sigue siendo, un camino para que los gitanos empobrecidos pero talentosos escapen de los guetos en los que están en gran medida confinados hasta el día de hoy. El estatus del gitano en la sociedad española ciertamente está más integrado que en el pasado, pero problemas sistémicos profundos de desigualdad y prejuicio continúan, haciendo que la música sea un grito desde los bordes más duros de la vida hasta el día de hoy, a pesar de toda la profesionalización de ello, y del hecho de que, como forma de arte, ha conquistado el mundo.